EL CABALLERO DE OLMEDO
Lope de Vega
Fabia:
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Ayer
te vi en la feria perdido tras una cierta doncella, que en forma de labradora encubría el ser señora, no el ser tan hermosa y bella: que pienso que doña Inés es de Medina la flor. |
Don Alonso:
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Acertaste con mi amor.
Esa labradora es fuego que me abrasa y arde. |
Fabia:
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Alto has picado.
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Don Alonso:
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Es deseo
de su honor. |
Fabia:
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Así lo creo.
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Don Alonso:
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Escucha, así Dios te
guarde.
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Yo, haciendo lengua los ojos,
solamente le ofrecía
a cada cabello un alma,
a cada paso una vida.
Mirándome sin hablarme
parece que me decía;
«No os vais, don Alonso, a Olmedo;
quedaos agora en Medina.»
Creí mi esperanza, Fabia;
salió esta mañana a misa,
ya con galas de señora,
no labradora fingida.
Si has oído que el marfil
del unicornio santigua
las aguas, así el cristal
de un dedo puso en la pila.
solamente le ofrecía
a cada cabello un alma,
a cada paso una vida.
Mirándome sin hablarme
parece que me decía;
«No os vais, don Alonso, a Olmedo;
quedaos agora en Medina.»
Creí mi esperanza, Fabia;
salió esta mañana a misa,
ya con galas de señora,
no labradora fingida.
Si has oído que el marfil
del unicornio santigua
las aguas, así el cristal
de un dedo puso en la pila.
le dije a mi amor que escriba
este papel; que si quieres
ser dichosa y atrevida
hasta ponerle en sus manos,
para que mi fe consiga
esperanzas de casarme
(tan honesto amor me inclina),
el premio será un esclavo,
con una cadena rica,
encomienda de estas tocas,
de mal casadas envidia.
este papel; que si quieres
ser dichosa y atrevida
hasta ponerle en sus manos,
para que mi fe consiga
esperanzas de casarme
(tan honesto amor me inclina),
el premio será un esclavo,
con una cadena rica,
encomienda de estas tocas,
de mal casadas envidia.
Fabia:
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Yo te he escuchado.
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Don Alonso:
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¿Y qué sientes?
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Fabia:
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Que a gran peligro te pones.
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Tello:
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Excusa, Fabia, razones,
si no es que por dicha intentes, como diestro cirujano, hacer la herida mortal. |
Fabia:
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Tello, con industria
igual
pondré el papel en su mano, aunque me cueste la vida, sin interés, porque entiendas que donde hay tan altas prendas, sola yo fuera atrevida. Muestra el papel...(Aparte.) Que primero le tengo que aderezar. |
Don Alonso:
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¿Con qué te podré pagar
la vida, el alma que espero, Fabia, de esas santas manos? |
Tello:
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¿Santas?
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Don Alonso:
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¿Pues no, si han de hacer
milagros? |
Tello:
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De Lucifer.
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Fabia:
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Todos los medios
humanos
tengo de intentar por ti; porque el darme esa cadena no es cosa que me da pena. Mas confiada nací. |
Tello:
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Fabia...
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Fabia:
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(Aparte, a Tello.)
No hables mal;
que tengo cierta morena de extremado talle y cara. |
Tello:
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Contigo me contentara,
si me dieras la cadena.(Vanse.) |
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